Propiedades
Aunque es fácil determinar cual es más ligero, cual es más rígido o cual es
más duradero, no es correcto definir una bici por el material que emplea su
cuadro. Porque más determinante que el material en sí es la manera en la que
está trabajado, la forma de los tubos y la geometría del cuadro.
La resistencia a la corrosión diferencia a los metales. El acero es muy
sensible, de ahí que tenga que protegerse. Aluminio y titanio la combaten
formando una película de óxido que es la que protege de una oxidación mayor.
El aluminio no obstante es más delicado que el titanio, un metal este último
que se caracteriza fundamentalmente por esa resistencia a la corrosión, de ahí
que se use con éxito en piezas industriales o de motores muy expuestas a la
corrosión.
Todos los metales son muy dúctiles. Esta característica quiere decir que se
doblan, deforman o estiran antes de romperse. El acero es el más dúctil de los
tres, seguido de titanio y aluminio.
La densidad también es diferente entre ellos. Se expresa en gramos por
centímetro cúbico. De cada metal hay muchas variantes pero como media puede
decirse que el acero pesa unos 8gr, el titanio unos 4'5 y el aluminio unos 2'75.
Los metales se fatigan con el paso del tiempo, es decir que pierden
propiedades. Incluso se pueden llegar a romper, de ahí que haya que
¿Qué pasa si hay golpe o choque?
Ante todo lo importante eres tú, lo que te pueda pasar a ti. Lo que le suceda
a la bici es secundario. Para limitar en lo posible las consecuencias debes ir
protegido adecuadamente. Como mínimo con casco y guantes, sea cual sea
el tipo de ciclismo que vayas a practicar. Y más protecciones si se trata de un
ciclismo con más riesgo.
Dependiendo del impacto el metal puede sufrir todo un abanico de daños,
desde simples raspones que no dañen la estructura sino solo la pintura, hasta
quedar completamente doblado o partido.
Un impacto frontal con una bici de acero puede doblar la horquilla, pero no
afectar al cuadro. Si fuesen de aluminio, metal menos dúctil, lo más probable
es que ambas piezas sufran daños irreversibles, ya sea doblarse ya sea
partirse. Evidentemente son daños fáciles de ver. El problema es con impactos
menores, tras los que hay que hacer un análisis exhaustivo, incluso midiendo las
distancias entre puntos de la bici y comparando ambos lados para notar si hay
desviaciones.
En el caso de cuadro metálico y horquilla en composite (lo que se conoce
popularmente como fibra de carbono y del que hablamos más adelante) el
resultado del choque varía totalmente dependiendo de su intensidad. Partiendo
de la base de que composite no es dúctil y el metal sí, en caso de impacto
suave la horquilla puede no sufrir daños y el cuadro doblarse, ya que la primera
se dobla pero vuelve a su ser sin daño y el segundo se queda doblado. Y en
impactos fuertes la horquilla se parte al haber superado su límite elástico, y eso
provoca que hay absorbido todo el golpe y el cuadro metálico no sufra daños.
Principios de la fatiga de metales
No hay piezas eternas. Cuanto más se usan, sobre todo de manera intensiva
o agresiva, menos tiempo duran. Para expresar el desgaste que sufren por el
mero uso, sin que hay golpes o averías, se emplea el término "fatiga". Una fatiga
que puede llegar a romper la pieza sin que medie un golpe. En cambio no se
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