¿Por qué se usan?
Frente a los metales ofrecen la ventaja de que la orientación de las fibras
proporciona diferentes propiedades y prestaciones. El metal es isotrópico,
es decir que tiene propiedades uniformes en cualquier dirección. En cambio
la orientación de las fibras determina el comportamiento, de ahí que esa
orientación sea estudiada para ofrecer las propiedades ideales para cada zona
de la pieza. Gracia a eso se consigue la mejor relación entre ligereza y rigidez.
Además se puede buscar el confort y la absorción de vibraciones.
Otra gran ventaja frente a los metales es que el composite no se ve afectado
pro la corrosión, no sufre con el agua no con el paso del tiempo.
¿Cuáles son sus límites?
Si la unión entre fibras y resina está bien conseguida, y la orientación de las
fibras es la adecuada para el trabajo al que van a ser sometidas, el material
tendrá una vida útil mucho mayor que la de los metales.
Pero no todo son ventajas, ya que no ofrece la ductilidad de los metales.
Por eso cuando se sobrepasa su límite elástico se chasca, lo que arruina sus
propiedades. Incluso antes de llegar a romperse puede presentar fisuras que
con el tiempo acaben siendo roturas.
Por ello los cuadros y piezas en este material deben ser inspeccionados
frecuentemente para detectar posibles fisuras o roturas.
¿Qué pasa si hay golpe o choque?
Ante todo lo importante eres tú, lo que te pueda pasar a ti. Lo que le suceda
a la bici es secundario. Para limitar en lo posible las consecuencias debes ir
protegido adecuadamente. Como mínimo con casco y guantes, sea cual sea
el tipo de ciclismo que vayas a practicar. Y más protecciones si se trata de un
ciclismo con más riesgo.
Dependiendo de la caída, la bici puede desde no sufrir daño alguno hasta
partirse en varios trozos. Más aún en el caso de las en material composite, ya
que no se doblan. Por muy resistentes que sean las fibras, si se supera su límite
elástico llega la rotura. Por ello los golpes suelen tener peores consecuencias en
bicis y piezas composite que en las metálicas.
Inspección de fisuras en cuadro, horquilla o componentes de composite:
Ha de hacerse exhaustivamente tras el accidente o golpe, incluso si ha sido
una caída de la bici en seco, sin el ciclista encima. Evidentemente la presencia
de rotura significa que ese cuadro o pieza queda condenado a muerte, no
deberá usarse nunca más.
Peor no sólo la rotura inutiliza la pieza sino también la fisura o delaminación.
El que las capas de fibras se separen o haya daño en la capa externa significa
que el composite ya no va a ofrecer todas sus prestaciones, y que poco a poco
esa fisura acabará en rotura. Por tanto las piezas que presenten ese estado
tampoco deberán ser usadas de nuevo.
La rotura queda clara a simple vista, en cambio la fisura o delaminación
puede pasar desapercibida. Por ello hay que fijarse bien. Hay pistas que nos
indicarán si hay esa avería:
1. •
diferente color en la zona. Ya sea más claro o más oscuro que el de las
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